Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.
Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA
(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro
Comentario
Capítulo 87
Trata en este capítulo como le rresçibieron al rrey Monteçuma los pueblos comarcanos abentaxadamente desde Chalco hasta trar en TenuchitlaLlegando el campo al pueblo de Chimalhuacan le rresçibieron los chalcas que rresiden los Montes del Bolcán y Sierra Neuada con ynfinita rrosa, flores de muchas y diuersas maneras, perfumadores. Por ser ya noche no ubo preste hasta otro día llegó Amaquemeca, binieron los de Tenango, Tlalmanalco, Çihuateopan, Tlalpilcan, Atzacuayolan, todos los quales y de cada pueblo abiéndole rresçibido con flores, rrosas, perfumadores y todo género de muy delicadas biandas, breuajes de muy buen cacao, fruta. Después, de cada pueblo su tributo, tubieron casi otro campo de cargas de todo género de rropa. Llegando ante el Monteçuma los prençipales llamados por él, les abisa le bengan a rresçibir todos, que no queden la [121v] la çiudad de Mexico hombre de cuenta que sal a rresçibirle, so las penas q los tales rreyes suelen poner y castigar. Llegados a Mexico los baxadores y llegados los baxadores a Mexico, hecha su rrelaçión a Çihuacoatl Tlilpotonqui, su lugartiniente de Monteçuma, y a todos los calpixques (mayordomos), le rresçibiese con muchos géneros de flores, rrosas, perfumaderos y todo género de rropa, comidas de todo género y cacao muy bueno. Y an de yr luego allá en Tlapitzahuayan saliendo salga de Chalco. Llegados a la parte dha, otro día llegó allí Monteçuma, adonde le rresçibieron con mucho plazer y rregozixo con muy largas oraçiones eloquentes los biejos, muy encaresçidas, diziendo los biexos: "¡O bienauenturados de nosotros pobres, poluo y lodo somos, te emos bisto con salud! Bienes cansado, trauajado de los ásperos caminos, montes, llubias, ayres, soles que as padeçido. Descansad, señor y hijo, nieto tan amado de los mexicanos". Acabado de comer, le bienen a rresçibir los comarcanos de la gran laguna nonbrados atemhuaquee, biexos y biexas cargados y las manos pescado, rranas, yzcahuitle, tecuitlatl (lama berde de la laguna), michpilli, axayacatl (moxcas de la laguna), todo género de patos. Agradesçiólo mucho Monteçuma, mandó a los mayordomos les diesen de comer y beuer y les diesen a los biexos rrosas y perfumadores, y llamó a todos los mayordomos le truxesen mantas y pañetes (maxtlatl), y dio y rrepartió a los pobres pescadores, y a sus mugeres, naguas, hueipiles. Y con esto, començó de marchar el campo y Monteçuma a la postre de todos. Ya los esclauos presos estauan cautibos estauan puestos en dos rringleras, , començando a trar por Maçatlan, comiençan luego los pobres cautiuos a dar siluos con dolorosas bozes y cantan muy alto su lengua, hera grande conpasión y lástima hazelles cantar contra su boluntad. Y los que abían quedado, biexos y saçerdotes, la çiudad comiençan de rresonar ençima de el templo de Huitzilopochtli las cornetas de caracol y atabales todos los templos de los dioses. Luego se pusieron los biexos llamados quauhhuehuetque por dos rringleras, todos con trançados colorados de cuero y beçoleras de piedras pardas, orexeras de caracoles, lleuando puestos ychcahuipiles, sus rrodelas y bordones lugar de espadartes, y por el mesmo estilo los llamados achcacauhtin, maestros de armas, todos con sus calabasillos de tabaco o beleño (piçiete), y sus manos ynçensarios con lumbre y costalillos de copal. Y puestos en Xoloco, començaron a trar primero los cautiuos. Llegados los cautiuos, les saludan los biexos y los demás, diziéndoles: "Seáis muy bien benidos, los hijos del sol, y abéis llegado al asiento y lugar y casa del gran señor Huitzilopochtli, Mexico Tenuchtitlan". Y así, luego los lleuan a los pies del gran ydolo Huitzilopochtli e bienen a rresçibirlos luego los saçerdotes de los templos, benían tocando sus bozinas de caracoles, y de uno uno los cautiuos, arrodillados delante del ydolo, comían con un dedo la tierra del suelo de sus pies. Baxados de allí, los lleuan a una gran sala llamada cuauhcalco (casa fuerte del águila). Rresçibido a Monteçuma la parte llaman Yxhuacan, traíanlo sahumando hasta la gran plaça y llegado allí, comiençan luego de tocar mucho número de cornetas de los caracoles. [122r] Y subido Monteçuma a lo alto del templo de Huitzilopochtli, haze luego sacrifiçio punçándose con un hueso delgado de tiguere las puntas de las orejas y molledos y espinillas. Tomó luego el ynçensario y començó luego de sahumar al ydolo. Baxado de allí, al trar de su palaçio le dizen los señores y prençipales de Tezcuco y Tacuba: "Señor, descansad el cuerpo y piernas, que benís cansado, pues fuistes a hazer lo que sois obligado como esclauo del tetzahuitl Huitzilopochtli. Y así, por su orden, los que abían ydo con él a la guerra se despiden dél y se han a descansar a sus casas, diziéndole: "Ya, señor, abéis cumplido con ura obligaçión en el serbiçio de Tlalteuctli, el prençipal de la tierra y al sol, y a Xiuhpilli, el prençipal del berano y berduras, Cuauhtleehuanic "tocpac quiztiuh" (pasa como águila bolante sobre nuestras cabeças), señoreadores de todos los mortales. Y pues el gran señor ansí a sido seruido, señor, descansad, bamos a descansar a nras casas, descansad, buen señor y rrey nro". Agradesçióles mucho su trabaxo y ofresçimiento de los prençipales mexicanos Monteçuma y antes que se fuesen les dio de comer a todos los prençipales capitanes mexicanos y luego les dio a todos rropas para ellos y luego binieron los mandones y prençipales de los quatro barrios de Moyotlan y Teopam y Atzacualco y Cuepopan con muchas mantas y rrosas y pañetes al rrey Monteçuma, lo qual hazía rrepartir tre los soldados que con él abían ydo a la guerra, quedando todos contentos dél, y le agradeçían sus grandes magnifiçençias y largas merçedes, en espeçial a las biexas pobres.